La producción mundial de aceite de palma fue de 77,2 millones de toneladas en 2022,
según las estimaciones de Oil World, reflejando un incremento de 1% con respecto al año 2021. Asimismo, el área de producción, aumentó de 23,8 millones de hectáreas en 2021, a 24,2 millones de hectáreas en 2022. Los últimos 2 años han estado caracterizados por una constante incertidumbre y volatilidad en los mercados internacionales de aceites y grasas, principalmente por el conflicto entre Rusia y Ucrania. La producción y el consumo mundial de aceite de palma sostenible (CSPO) verificado por Estándares Voluntarios de Sostenibilidad (EVS) sigue demostrando un crecimiento favorable en los últimos dos años.
En el caso de la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO), el volumen certificado aumentó 5,7% hasta 14.7 millones de toneladas, representando el 19% de la producción total de aceite de palma a nivel mundial. El área total de tierra certificada alcanzó los 4,45 millones de hectáreas, o el 55 % de la superficie global total estimada.
Las ventas de CSPO a nivel global también evidenciaron un aumento sustancial entre 2021 y 2022 del 13,5 % con un total estimado de 9 millones de toneladas, entre volúmenes RSPO físicos y de créditos, lo que representa el 61% de la producción total de CSPO en 2022.
Las regiones clave para el consumo de CSPO siguen siendo Europa y América del Norte, pero entre tanto, América Latina ha aumentado la demanda de CSPO a 14%, mientras que los mercados de Indonesia, Malasia, India y China reflejan una base más baja de compra sostenible de entre 1 y 8%. Si bien, los países en Europa y Norteamérica han sido pioneros en dictar los requerimientos de sostenibilidad y a la vez lideran el consumo sostenible, ya están cercanos al 100% de abastecimiento responsable, con poco margen para crecer.
Por el contrario, más del 50% del aceite de palma producido en el mundo, está siendo
consumido en los mercados domésticos de países emergentes, que por lo pronto se comercializan como ventas convencionales, con menos del 5% reconocido como
sostenible. Es indispensable enfocar esfuerzos en los mercados nacionales donde aún falta un requerimiento estricto de sostenibilidad para que pueda ser comercializado. Un factor que fortalece esta tendencia, es el hecho que el mercado de la Unión Europea se reduce a menos del 10%, mientras que países asiáticos como India y China representan más del 40% de las importaciones mundiales y siguen en aumento. Por las crecientes restricciones de la regulación europea podrían reducir los volúmenes de importación aún más en ese territorio, al tiempo que dejarían un camino abierto para abastecer a los mercados emergentes como India, Bangladesh, Pakistán, países africanos y latinoamericanos con menores requerimientos.
En 2021 y 2022 la palmicultura colombiana alcanzó cifras récord en la producción. De 1,5 millones de toneladas de aceite de palma producidas en 2020, el sector evidenció un incremento de más del 12%, alcanzando 1,7 millones de toneladas en 2021; y en 2022, produjo 78 mil toneladas adicionales ascendiendo a 1,77 millones de toneladas.
En lo referente a la comercialización, el 74% de las ventas de aceite de palma se
destinaron al mercado nacional y el 26% a mercados de exportación. Los principales cambios radican en el mayor volúmen comprado por Holanda que asciende a 19%, un crecimiento de 5 puntos porcentuales frente al año anterior, y por parte de Estados Unidos que aumenta de 2,6% a 7%. En términos absolutos, las ventas de aceite de palma en el mercado interno alcanzaron 1,3 millones de toneladas, con un crecimiento de 8,6% frente a 2021. Este comportamiento sigue ratificando la importancia de incorporar el concepto de sostenibilidad en los mercados domésticos para asegurar que se genere una mejora en las prácticas de producción, más allá de los volúmenes que se venden al mercado externo.
En 2021 y 2022 los palmicultores se vieron favorecidos por la coyuntura internacional de
altos precios del aceite de palma, implicando un valor real en Colombia de alrededor de
$5.300.000 pesos en promedio por tonelada, es decir, un significativo aumento del 65,7%, también alentado por la devaluación del peso colombiano. Este aumento en los precios ha compensado los ingresos de los palmicultores, mitigando el efecto de la tendencia inflacionaria en Colombia, que en 2022 fue de 13,1%. También ha permitido un mayor flujo de caja para la aplicación eficiente de fertilizantes que se ve traducida en
productividad, y para la inversión en mejores prácticas de sostenibilidad.
El volumen certificado de aceite de palma aumentó 7% de 2021 a 2022, pasando de 458 mil toneladas en 2021, a un estimado de 491 mil toneladas CSPO en 2022. Al hacer la proporción de este volumen sostenible sobre la producción total en Colombia, indica una representatividad del 28%. Este porcentaje de sostenibilidad se ha mantenido relativamente estable en los últimos años y es reflejo de la producción récord en el país.
En 2021 y 2022 los palmicultores se vieron favorecidos por la coyuntura internacional de altos precios del aceite de palma, implicando un valor real en Colombia de alrededor de
$5.300.000 pesos en promedio por tonelada, es decir, un significativo aumento del 65,7%, también alentado por la devaluación del peso colombiano. Este aumento en los precios ha compensado los ingresos de los palmicultores, mitigando el efecto de la tendencia inflacionaria en Colombia, que en 2022 fue de 13,1%. También ha permitido un mayor flujo de caja para la aplicación eficiente de fertilizantes que se ve traducida en productividad, y para la inversión en mejores prácticas de sostenibilidad.
El volumen certificado de aceite de palma aumentó 7% de 2021 a 2022, pasando de 458 mil toneladas en 2021, a un estimado de 491 mil toneladas CSPO en 2022. Al hacer la proporción de este volumen sostenible sobre la producción total en Colombia, indica una representatividad del 28%. Este porcentaje de sostenibilidad se ha mantenido relativamente estable en los últimos años y es reflejo de la producción récord en el país.
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